Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir estamos comunicando. Por eso, tenemos que elegir muy bien todo lo que decimos y la forma en que lo decimos. Recuerda: hay que considerar el qué y el cómo en cualquier tipo de comunicación.
El respeto hacia las otras personas es trascendental a la hora de comunicar. Asimismo, la asertividad es imprescindible para conseguir una relación adecuada con el equipo de tu empresa y mantenerla en el tiempo. Recuerda que debes mantener el respeto hacia el interlocutor sin perder de vista tus motivos.
Para comunicar algo, primero, hay que tener sumamente claro lo que se quiere comunicar, así como las razones que te motivan a ello. Una vez en este punto, crea situaciones ganar - ganar, es decir, situaciones en las que ambas partes salgan ganando. Argumenta siempre los motivos y defiende tus derechos respetando los de los demás. Únicamente así alcanzarás el éxito.
Tú eres el único responsable de los mensajes que emites, cuídalos mucho para conseguir el efecto que deseas y con él tus objetivos. Además, reúne tus esfuerzos en ajustar la manera de expresarte según el interlocutor y la relación que exista entre ambos. También tienes que saber escoger el momento y lugar adecuados para que favorezcan el éxito de la comunicación.