

La comunicación oral existe en todo el reino animal, desde las abejas hasta los seres humanos emitimos sonidos que nos ayudan a comunicarnos con nuestra misma especie. Sin embargo, la evolución humana nos ha permitido expandirnos no solo al comunicarnos oralmente, transfiriendo de generación a generación conocimiento, sino que además hemos desarrollado el lenguaje escrito.
Con el lenguaje escrito y la lecto-escritura, hubo un salto cuántico. El mismo que hubo del papel a la era digital. Y aunque los métodos o formas han evolucionado, la comunicación oral sigue siendo la base de la transmisión del conocimiento gregario, de la cultura popular y, sobre todo, de la efectividad en los negocios.
Es por esto que dedicaremos este artículo a la herramienta de comunicación oral más potente, única y educable que tenemos, nuestra voz.
Para poder crecer como comunicador, primero debes escuchar. Aprender a escuchar a todos, desde las distintas experiencias de cada persona te ayudará a sumar inteligencia integral.
La inteligencia integral te ayuda a resolver problemas, conflictos y desarrollar el poder de la negociación. No solo eso, también te ayuda a tener una mejor comunicación oral, porque tu cerebro se vuelve un contenedor con mayor información que puede conectar e hilar al momento de dejar fluir las ideas.
Entonces, el truco es escuchar a todos para que puedas incorporar los fragmentos de información en tu propio baúl de aprendizajes. Esta ampliación le dará a tu comunicación oral mayor fuerza y seguridad.
¿Te ha pasado alguna vez que te digan “Cuando te conocí pensé que eras…”? Y la finalización de la frase suelen ser características que probablemente no son ciertas, pero esa fue la primera impresión.
Esta primera impresión que generas en los demás no se da solo por cómo tu eres, sino por cómo te perciben. Quizá tú querías llegar a tu primer día de oficina causando la impresión de ser una persona agradable y amena, pero las inflexiones de voz que utilizaste demostraron autoritarismo. Quizá el nivel de tu voz era muy alto para el espacio y sonaste como alguien un poco borde que demanda atención.
Estas cosas no es común que te las digan hasta que inicia una relación con mayor confianza, pero es un ejercicio que puedes hacer con tus amigos y conocidos más cercanos. Esta dinámica te ayudará a recoger las impresiones e identificar cuáles son los aspectos de tu comunicación oral que estás acertando y a cuáles tienes que realizarle algunas modificaciones para que se alineen con lo que quieres que otros perciban de ti.
Hay algunas percepciones que se pueden modificar con solo aprender a respirar bien cuando estás emitiendo alguna idea de forma oral. Por eso te vamos a hablar sobre la respiración diafragmática y sus beneficios en la comunicación oral.
Estar atentos a nuestra respiración es fundamental cuando queremos mejorar la comunicación oral que establecemos con nuestro entorno. Esto es porque al no saber respirar correctamente tropezamos las palabras, aceleramos la dicción y el resultado es que nos perciban como personas que siempre van “corriendo” a todos lados.
Te ayudará a que tus respiraciones automáticas también tiendan hacia la amplitud y la distensión. Este ejercicio, acompañado de pausas e inflexiones de voz adecuadas, te ayudarán a que los demás se queden sin aliento.
Aprender a realizar las pausas en nuestro discurso permite desde emocionar, generar intriga y tensión en tu público, hasta respirar correctamente y no por necesidad fisiológica. Cuando desarrollamos un discurso o preparamos previamente una conversación, es probable que tengamos más claros los momentos de pausa e inflexión.
También es cierto que cuando desarrollamos algunos trabajos específicos (docencia, oratoria, dictado de talleres profesionales) en nuestro día a día, es común amaestrar a nuestro cuerpo a través de la práctica. Sin embargo, la mayoría de nosotros necesitamos un empujoncito como el que nos da Ana Aínsa en su curso Comunica Acción, para tener una comunicación oral más eficiente.
Las inflexiones, por otro lado, permiten darle ritmo al discurso que estás manejando. Te ayudan a llevar a la audiencia a un camino de emociones, con altos y bajos que potencian tu discurso y que predisponen a tu oyente a emocionarse contigo, a sentir lo que les quieres transmitir. No solo a nivel intelectual, sino también a nivel emotivo.
El llegar a ambos hemisferios del cerebro a través de tu comunicación oral te convertirá en un orador, en públicos grandes o pequeños, memorable. Por eso el último consejo, y jamás menos importante, es que te apasiones y tu pasión se la transmitas a tu voz.
La voz como herramienta es capaz de comunicar de forma oral al intelecto de cualquier oyente, pero una voz apasionada puede ser recordada por siempre. Por ejemplo, cuando escuchamos "Yo tengo un sueño,..." no solo nuestro intelecto entiende que la justicia y la igualdad debe prevalecer; sino que también nos emociona.
Sentimos el discurso como una fuente de inspiración, de sosiego e incluso de paz. A ese punto puedes llegar con tu voz propia, un poco de práctica y mucha pasión. Es importante que sientas realmente tus palabras, pues es la única forma de transmitir algo más que solo un aprendizaje o una idea, es la única forma de transmitir una esencia que perdure.
Con estos 5 tips básicos y toda la información que Ana Aínsa ha desarrollado para ti en su curso "Comunica Acción", conseguirás ser un excelente orador y convertirte en un experto hablando en público.
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